¡Hola amigos!
En Xàbia Port he conocido gente fantástica: vecinos, comerciantes, cocineros que consiguen que el arroz sea una de las bellas artes, y en general gente feliz, relajada y consciente del privilegio de vivir en este barrio. ¡Pero esta semana he descubierto algo nuevo!
Al llegar a casa me encontré a Paula jugando a los astronautas en el pasillo con unas gafas de bucear y el tubo en la boca, sshhhhhh, Apollo a Houston, sssshhhh, Apollo a Houston ¿me recibe Houston? Esas gafas las había comprado hace una eternidad y todavía ni las había sacado de la maleta. Había que poner remedio. Así que sin pensarlo dos veces, el sábado me decidí a probar con ella el buceo en Xàbia. Y ¿sabéis que os digo? Que a los cinco minutos de sumergirme me pregunté en qué había estado malgastando el tiempo hasta ahora.
Xàbia es algo así como la Capilla Sixtina del buceo. Y todo empieza aquí, en el barrio de Duanes.
Los 25 kilómetros de costa de Xàbia, la Reserva Marina del Cap de Sant Antoni, la variedad de fondos y la impresionante riqueza de vida submarina hacen de nuestro litoral uno de los centros de buceo más importantes de España junto con las Islas Canarias y las Baleares.
El buceo además mola porque es sostenible desde el punto de vista medioambiental, social y económico: no hace daño, no consume recursos y quienes lo practican son los primeros interesados en mantener la vida marina en las mejores condiciones.
Además tuve mucha suerte, porque conocí a un crack del mundo subacuático: mi nuevo amigo Bernat Cardona, que además es el autor de estas fotos tan preciosas que os traigo. Bernat me explicó que en este litoral hay 22 zonas de inmersión repartidas en tres grandes áreas: la Reserva Marina del Cap de Sant Antoni, la bahía del Portitxol – desde el Cap Prim hasta el Cap Negre, pasando por Els Pallers y la cala de La Barraca – y el litoral sur, donde se encuentran espacios de gran valor ecológico y paisajístico como la cala de la Granadella, Ambolo o el propio Cap de la Nao. En esta última zona además, se encuentra uno de los espacios de inmersión más peculiares, La Montaña Sumergida.
Y os puedo decir que disfruté como una enana diciendo hola a los meros, a los dentones, las barracudas, las gorgonias, vaquitas suizas, pulpos, mojarras, langostas, bogavantes, morenas… y que me tuve que contener para no pegarle un buen bocado a más de una, pero no: los pescados en la lonja y las manos quietas cuando buceamos. Poca broma.
Por cierto, no seáis cobardicas porque da igual la edad o la condición física, da igual si eres un aventurero en busca de grutas, cuevas marinas y pecios o si prefieres las inmersiones más breves en piscinas naturales. El buceo es un deporte perfecto para todos los miembros de la familia. Además, en Xàbia Port hay un montón de empresas que harán de tu experiencia un momento inolvidable.
Ya sabéis a partir de ya mismo, con la primeros rayos de la primavera y hasta cuando vosotros queráis daos un capricho y venid a bucear a Xàbia Port. A la salida, toallita, y a disfrutar de este barrio único.
¡Besos!