¡Hola amigos!
¡En Duanes vamos a tener la primera playa de invierno de Xàbia! Oe, oe, oé, oeee, oéééé, oééé…. y eso, queridos y queridas, es una gran noticia, es un notición porque nos va a permitir nadar durante todo el año sin tener que preocuparnos de que una barca nos haga la ralla en medio con la hélice. A partir de este verano, el balizamiento de baño se quedará fijo durante todo el año para que podamos disfrutar del mra a dos carrillos. No es por presumir, pero va a ser el único punto de nuestro litoral donde sucederá esto. Si además las medusas aprendieran que de las boyas amarillas hacia adentro no hay que pasar sería perfecto, pero mientras estos estúpidos celentéreos no aprendan modales nos tendremos que conformar con lo que hay.
Así y todo, fuera excusas: en Xàbia durante casi todo al año se puede nadar con neopreno o sin él y las posibilidades de que te pique un bichito de estos son muy pocas. Es mucho más factible, por ejemplo disfrutar de un envidable morenazo, ponerse rabiosamente en forma y disfrutar como una cosaca después en las terrazas del Paseo de la Grava o de Marina Española.
La playa de la Grava es de las más emblemáticas de Xàbia y es la nuestra. Es la única playa urbana, de hecho, y aun así conserva un encanto natural increíble. Desde ella el horizonte se cierra con el cabo de Sant Martí a la izquierda y el puerto y el cabo de Sant Antoni a la derecha. Como es de roca, además, suele estar limpia y transparente y es fácil ver un montón de peces en cuanto entras tres o cuatro metros. Si te fijas bien en las rocas fácil que también detectes pulpos o sepias.
Esta playa de la Grava de Duanes tiene una continuación enfrente del paseo de Marina Española, detrás de las primeras rocas del rompeolas. Justo ahí y al lado de un yacimiento de piedra tosca hay una pequeña playita de tres o cuatro metros muy mona y muy discreta. A veces lo temporales la vacían de canto rodado y vuelve a enseñar su esqueleto de tosca de siempre, pero en cuanto la reponen ya se puede usar. Esta playa – toma dato que os doy – es la que usan las familias de la calle Triana históricamente. Así que más “xabiera” no puede ser.
Tiene la ventaja añadida de que solo te separan tres pasos y quince segundos de algunas de las mejores terrazas de Xàbia Port para degustar una paella de bogavante o un gintónic premium. Según la hora que sea. Yo, obviamente, propongo siempre las dos cosas.
Y eso, que me parecía una excelente noticia y la quería compartir con vosotros. ¡Nos vemos nadando!
PD: Si no os saludo es que yo con las gafas no veo ni torta
PD2: Si queréis medir vuestro entrenamiento, desde las escaleras centrales de la playa hasta el Mongo di Bongo, ir y volver, son 1.500 metros. De nada.